A principios de mes de marzo asistimos a la inauguración de una nueva obra del arquitecto español más conocido internacionalmente. Calatrava es el responsable del diseño de Oculus, la estación de metro de World Trade Center, la zona cero de los atentados del 11-S. Con siete años de retraso en su ejecución, y un coste del doble de lo presupuestado inicialmente, 3.900 millones de dólares, el ojo gigante ha tardado apenas 20 horas en mostrar sus primeros desperfectos en forma de grietas.
La apertura ha pasado bastante desapercibida ya que se pretende hacer una inauguración oficial a finales de primavera, cuando la estación se encuentre completamente operativa. Ahora mismo quedan partes en construcción. Hay tiempo todavía de arreglar desperfectos y corregir fallos.
Aun así, la obra está considerada como un símbolo de la recuperación de la zona tras los atentados contra las Torres Gemelas en 2001.
“El edificio es un monumento a la vida. Un símbolo a la fe en el futuro de esta ciudad, dedicado a sus ciudadanos y por extensión al mundo”, ha comunicado Calatrava en la nota de prensa difundida.